Antonio J. Rondón Lugo A mi Profesor y amigo Mi querido Dr. Rondón. publicar o morir…

Autores/as

  • Ricardo Pérez Alfonzo Director de Postgrado de Dermatología. Servicio Autónomo Instituto de Biomedicina “Jacinto Convit”. Caracas. Venezuela. Universidad Central de Venezuela. Presidente Colegio Ibero Latino Americano de Dermatología CILAD.

Resumen

La perspectiva con que uno ve a sus verdaderos maestros es cambiante en el tiempo.

Conocí al Dr. Rondón hace más de 30 años, considerándolo mentor fundamental en lo que soy actualmente como dermatólogo. A lo largo de este transitar juntos, se fueron añadiendo sentimientos de respeto, admiración, y sólidos afectos de amistad.

El interés dermatológico del Dr. Rondón se remonta a cuando realiza su entrenamiento como médico internista y se involucra en la leprosería de Cabo Blanco en la atención de pacientes, acercándolo al Dr. Jacinto Convit, quien lo impulsa a estudiar Dermatología.

Sus estudios dermatológicos los concluye en 1969, permaneciendo en el servicio de dermatología del Hospital Vargas de Caracas y en el Instituto de Dermatología, luego Instituto de Biomedicina y actual Servicio Autónomo Instituto de Biomedicina “Jacinto Convit” (SAIBJC), hasta su retiro, ocupando sucesivamente los cargos de adjunto, profesor titular de dermatología de la Universidad Central de Venezuela y jefe de servicio y de la cátedra y director del postgrado de dermatología.

Su vida dermatológica la comparte entre una asistencia dermatológica de muy alta calidad, siempre orientada con la conciencia social, con la docencia y la investigación. Destacándose en sus estudios, en conjunto con el Dr. Convit en leishmaniasis y en infinidad de otros temas clínicos dermatológicos como la tricología, patologías ungueales y la fotobiología.

El Dr. Rondón, desde sus inicios dermatológicos se mantuvo estrechamente ligado a la antigua Sociedad Venezolana de Dermatología (SVD), hoy actualizada como Sociedad Venezolana de Dermatología, Médica, Quirúrgica y estética (SVDMQe), teniendo el alto honor de presidirla por tres periodos: del año 1984-86, de 1986-88 y del 1994-96. Siendo editor de nuestro órgano divulgativo (1997-1998) Dermatología Venezolana y miembro del comité editorial de la misma, en
varias ocasiones.

Cientos de publicaciones incluyendo una decena de libros de dermatología dan constancia de su interés en la investigación y la educación médica continuada.

Su adaptabilidad a los nuevos tiempos lo lleva a la colocación de parte de este conocimiento dermatológico en la web y facilitar su distribución con instrumentos de almacenaje electrónico.

La incansable actividad docente, se traduce en la creación, en conjunto con otros cercanos colaboradores, en la página de publicación periódica, de discusión interactiva: PIeL- L con 14 años de servicio y en las Jornadas de Actualización Terapéutica Dermatológica y estética (ATD) con sus respectivos 12 años de antigüedad, lamentablemente pausadas en el año 2017.
Y no sólo en dermatología. Su obra poética queda plasmada en varios libros que demuestran un infinito arraigo a su tierra, a su familia y en general al amor.

Pero la razón de ser de este editorial, no es el cariño o respeto q siempre le profesé, y mantengo, hacia el Dr. Rondón sino su inagotable necesidad de escribir, de trascender, de dejar legado a las futuras generaciones.

Cómo siempre insistía “Publicar o morir”. Fue un lema que nos repetía, no importando lo ocupado o la multiplicidad de compromisos en que estuviese envuelto. encontrando siempre el
tiempo para el compromiso exigido. Y así siempre nos decía: “el tiempo se puede programar y para cada actividad se reserva un periodo: un tercio para descansar y comer, un tercio para trabajar como si nunca nos vamos a morir, y el otro tercio para disfrutar como si vamos a morir al día siguiente”. Su exitosa obsesión por la docencia, se traduce en un extensísimo legado de publicaciones, evitando así que todo el valiosísimo material de casos clínicos con una buena base científica, que vemos en nuestras prácticas diarias, individuales y hospitalarias (lo vivido) se pierda en el olvido y muera en nuestras memorias.

“Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
Pero los hay, que han luchado toda la vida:
esos son los imprescindibles.”
eugen Berthold friedrich Brecht 1898-1956.

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