LA PARACOCCIDIOIDOMICOSIS TEGUMENTARIA EN EL ECUADOR

Autores/as

  • LUIS A. LEON Prof. de la Facultad de Ciencias Médicas.Universidad Central Quito. Ecuador.

Palabras clave:

PARACOCCIDIOIDOMICOSIS TEGUMENTARIA, ECUADOR, PARACOCCIDIOIDOMICOSIS,

Resumen

La historia de la enfermedad en el Ecuador arranca desde 1916,
año en el cual Edmundo Escomel, del Perú, señala que los focos de la 

Blastomicosis, se extienden por el Norte al Brasil y Ecuador;
posteriormente se han reportado varios casos en Guayaquil, Quito, Cuenca
y Portoviejo. De las cuatro regiones geográficas del País son zonas
endémicas: El Litoral y las estribaciones occidentales de la Cordillera
Occidental de los Andes y la Región Oriental, Trasandina o Amazónica.
El A. ha estudiado principalmente la fase parasitaria del agente
causal, el P. brasiliensis, señalando, además de la reproducción exógena,
la endógena; discrepa en cuanto a la emigración de los elementos
resultantes de esta reproducción hacia el exterior. El hongo manifiesta
tener un relativo tropismo por los tegumentos, atacando, a expensas de
una puerta de entrada, de preferencia la mucosa bucal, nasal y la piel que
rodea a dichas cavidades; pero las lesiones primarias pueden también
encontrarse en las manos, piernas y pies, y las secundarias, en la cara,
cuello, axilas, tórax. A partir de las localizaciones de la mucosa bucal, a,
menudo la enfermedad invade los ganglios del cuello, los pulmones,
intestino, etc. Desde el punto de vista histopatológico, las lesiones son
ulcerativas y granulomatosas.
En cuanto a la epidemiología, en el Ecuador son las zonas cálidas,
húmedas, lluviosas, con vegetación arbórea exuberante, las afectadas;
también aquí el P. brasiliensis encuentra su habitat natural en el reino
vegetal; los factores humanos son los mismos que en los demás países
atacados por la enfermedad. El A. cree que puede jugar papel importante
la costumbre de los campesinos de las zonas endémicas de descortezar
con los dientes la caña de azúcar para chuparla.
La enfermedad se inicia en forma insidiosa y ocasiona trastornos
patológicos ya señalados por diferentes tratadistas; mas, de los 30 casos
reportados por varios facultativos del país, tan sólo 4 casos han presentado
localizaciones cutáneas, o sea el 13%, siendo elevadas, en cambio, las
localizaciones mucosas, el 56%, las ganglionares, el 40%, las pulmonares,
el 66%; estos datos están en discordancia con los obtenidos por el A., ya
que el hecho de reportar 10 casos de localizaciones cutáneas, debidamente
comprobados, muchas de ellas muy graves e impresionantes, está
demostrando la frecuencia de la Paracoccidioidomicosis cutánea y la
necesidad de realizar investigaciones más cuidadosas, sobre todo de
aquellas lesiones cutáneas acompañadas de manífestaciones mucosas,
pulmonares, ganglionares y de aquellas que se localizan en las
extremidades. Para lo cual se impone hacer el diagnóstico 

etiológico aplicando los métodos aconsejados por los tratadistas. En el
Ecuador, como en muchos países Sudamericanos, Centroamericanos y en
México se impone hacer el diagnóstico diferencial con la
Coccidioidomicosis tegumentaria, con la leishmaniasis cutáneo-mucosa,
con la tuberculosis y la esporotricosis, y emprender una activa campaña de
divulgación en el medio rural.

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